ANTES DE PASAR POR LA GUILLOTINA, UN BUEN SERVICIO POR FAVOR!

Antes de morir en la guillotina, el rey Luis XVI de Francia pasó dos años y cinco meses en la prisión. Fue bien atendido.

Se le servía para el desayuno, café, chocolate, una jarra de leche caliente, otra con leche fría y otra con crema; una botella de jarabe, otra de agua de cebada, otra de limonada; tres bloques de manteca, un frutero con fruta variada, seis bollos, tres panes blancos y azúcar molida o en trozos. Para la comida, se le preparaban tres sopas distintas, seis fuentes con distintos manjares, seis asados distintos y cuatro o cinco postres de cocina: uno al horno, tres compotas, tres cestos de fruta y tres piezas de pan con manteca. Vino de Champagne, Burdeos, Malvasía o Madeira. Lo atendían un jefe de cocina, tres segundos jefes, un ayudante, un pastelero, un platero, un preparador de aperitivos y un bachero, además de tres mozos. ¿Mucho? No tanto. En el palacio de Versailles las comidas consistían habitualmente de no menos de tres servicios de unos 60 platos cada uno, sin contar las bebidas. ¿Personal de servicio? ¡Para qué los vamos a contar! Había centenares en el palacio.

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